Jorge Meléndez Preciado
Resulta que las nuevas leyes en telecomunicaciones
lejos de ser un retroceso para la sociedad y las posibilidades de información,
en realidad son un avance que no habíamos notado. Y es que marchamos, con tiento y pausados, pero
vamos pa ‘lante.
Lo más impresionante es que los ciudadanos nos
ahorraremos varios miles de millones de pesos por los cobros excesivos de Telmex. No sabemos
con exactitud, pero van de los 11 mil millones que dicen ya no ganará Carlos
Slim a los más de 20 mil millones, cifra que repetían una y otra vez, como si
fuera coro futbolístico, una serie de senadores que vimos en un informativo nocturno del canal de las estrellas.
Dicha sesión, la del 4 de julio, fue aleccionadora.
Uno tras otro decía, con papeles en la mano, que los ciudadanos, por fin,
dejaríamos de ser extorsionados por la telefónica de Slim con una cantidad realmente
estratosférica (los 20 mil millones de
pesos). Y nadie en su juicio podría estar
en desacuerdo que ya no se nos
cobre por larga distancia, consultar nuestro saldo y que se nos hagan las cuentas claras de lo que
extraen de nuestros bolsillos. Algo, por
cierto, que hemos dicho hace años no ocurre en países tan diversos como Canadá, Brasil
y Suecia.
Esta aclaración la hacemos para que los agrupados
en el equipo Televisa y TV Azteca- entre
ellos una buena cantidad de periodistas que laboran para ambas cadenas-, no digan que somos parte del
coro del “Ingeniero” más rico del país y hasta hace poco del mundo. Aunque la
gran mayoría, por cierto, jamás protestaron en el momento que Carlos Salinas le
dio la concesión a Slim y éste comenzó a monopolizar las líneas telefónicas.
Respecto al noticiario que mencionamos- 4 de julio-, hay un artículo estupendo de
Alberto Aziz Nassif (El Universal, 8
de julio), donde el politólogo dice que jamás veremos en la televisora de
Chapultepec un debate entre Javier Corral y Roberto Gil, como el que ocurrió en
el noticiario de Carmen Aristegui. Y remata su análisis diciendo que
en las leyes de
telecomunicaciones, como ocurre en el futbol y nuevamente sucedió en Brasil, se
legisló “en la Constitución como nunca, y perdimos en las (leyes) secundarias,
como siempre”.
Lo que muestra una vez más la falsedad, digo yo,
de las promesas de los grillos en casi todos los asuntos que son de importancia
nacional. Comentaristas que señalan avances importantes en este renglón
decisivo para el futuro de la república, como Francisco Báez (La Crónica, ídem), anotan que en
realidad se dieron una serie de pasos como bebe, en lugar de tener una pisada y
un camino más firme.
No se diga lo que aseveró Gabriel Sosa Plata.
Entrevistado por Javier Solórzano en canal 11, el profesor de la UAM Xochimilco
advirtió que ya no habrá inversión
telefónica en zonas rurales y no tendremos cambios notables en el sector de
telecomunicaciones.
El secretario de Comunicaciones y Transportes,
Gerardo Ruiz Esparza, había alertado el
3 de julio que era impostergable acelerar las reformas, ya que por no hacerlo
perdimos 100 mil millones de dólares. Algo descomunal, ya que esa cantidad obtenemos en remesas, en cuatro o cinco años, de
nuestros esforzados compatriotas que se van a Estados Unidos.
De ser cierta la evaluación de este funcionario,
ya no tendrán que jugársela más de cuatrocientos mil paisanos al año para
llegar a lo que hoy se llama la pesadilla
americana, ya que los sueños concluyeron en la crisis de 2008. En ese caso,
bienvenida la tan esperada reforma que traerá impresionantes beneficios, entre
ellos, seguramente un aumento en el empleo, algo que no ha podido darse en
estos 18 meses de administración federal.
Lo que erogan los gobiernos estatales y federal en
publicidad a los medios comerciales es, aproximadamente, de 18 mil 600 millones
de pesos al año. Y como los funcionarios son muy generosos con los medios
llamados públicos, sociales o comunitarios, otorgarán el uno por ciento a los mismos. Por lo tanto
tendremos 186 millones para que piensen en grande las estaciones de radio y
televisión oficiales.
Esto seguramente, posibilitará varias cosas: tener una mejor programación en
muchas emisoras, financiar películas para un mejor cine (en contra de lo que
dicen Ernesto Velázquez, director de TV UNAM; Alejandra Barrales, senadora del
PRD, y Enrique Sánchez Ruiz, de la Universidad de Guadalajara; Proceso, número 1966) y pagar verdadero
salarios a quienes laboran en esos medios.
Otra bendición, pues, de la reforma en
telecomunicaciones.
Como si no se hubiera modificado el calendario, o
tal vez para recordar la añeja y torpe frase de que “Todo tiempo pasado fue
mejor”, la censura, las limitaciones a varias libertades ganadas y las órdenes
se harán nuevamente en la secretaría de Gobernación.
Esto resulta magnífico, ya que para algunos
reporteros, en el IFT, hay cuando menos dos empleados de Slim: Mario Fromow y
Adriana Labardini. Por lo tanto, se debe impedir que las decisiones importantes
la hagan personajes que favorecen a quien nos ha saqueado y desde ahora, “¡ya
no nos saqueará!”, recordando a José López Portillo, quien fue un ejemplo de dignidad hasta el final de
sus días.
Pero no faltan voces inconformes. Una de ellas,
como siempre, fue la del conocido escritor, Lorenzo Meyer. Él es autor, ni duda cabe, de una buena cantidad de libros y aseveró que si
vamos a ese paso de tortuga modificando
las leyes, una buena cantidad de mexicanos fallecerá sin ver una democracia en la cual realmente se tome en cuenta el
punto de vista de los ciudadanos.
Pero ni hablar, como dice el refrán: “Más vale
paso que dure y no trote que canse”. Los gobiernos después de la Revolución
Mexicana lo han entendido así, por lo tanto usted no se queje que la televisión
continuará siendo para jodidos y la información derecho de las minorías que son
las que saben tomar decisiones.
¡Hasta la próxima reforma!
@jamelendez44